jueves, 14 de abril de 2011

Batalla de Brunete

Se conoce como Batalla de Brunete al conjunto de operaciones desarrolladas, desde el 6 hasta el 25 de julio de 1937, en esta población y otras aledañas del oeste de Madrid durante la Guerra Civil Española. Esta ofensiva lanzada por el Ejército Popular Republicano tenía como objetivo disminuir la presión ejercida por las fuerzas del bando nacional sobre Madrid y al mismo tiempo aliviar la situación en el frente Norte. El enfrentamiento principal tuvo lugar en una localidad muy próxima llamada Quijorna.


Situación inicial

El 17 de mayo de 1937 cae el gobierno de Largo Caballero tras los sucesos de mayo de 1937 en Barcelona, y accede Negrín a la jefatura del gobierno republicano.
En estas fechas los nacionales están dedicados plenamente a la reducción del frente norte, habiendo inicado su avance desde abril. Bilbao ha caído en poder de los sublevados el 19 de junio, sin poder ser detenidos por el Cinturón de Hierro, por lo que los esfuerzos del bando nacional se dirigen ahora, con gran intensidad, hacia la ocupación de Cantabria y Asturias.
Por eso, el Estado Mayor republicano toma la decisión de desencadenar una ofensiva en la zona central de España, específicamente en los alrededores de Madrid y en dirección de Castilla la Vieja. Este ataque obligaría a los franquistas a detraer fuerzas del frente Norte, cuya situación se está tornando muy delicada para las tropas leales a la República, y simultáneamente mejorar la situación de la cercada Madrid, amenazada por los rebeldes desde el norte y el oeste.
Término municipal de Brunete, localidad en la que sucedió esta batalla


Esta decisión se motivaba, además de por los objetivos de índole estratégica citados, por el objetivo político del gobierno de Negrín de demostrar a los consejeros soviéticos que la República también tenía iniciativa militar para recuperar el terreno perdido y no se limitaba a detener los ataques rebeldes (como sucedía con los éxitos ganados en la Batalla de Guadalajara y la defensa de Madrid en noviembre de 1936).
El gobierno de Negrín y sus aliados (socialistas contrarios a Largo Caballero y comunistas) habían calculado que esta demostración de fuerza, si tenía éxito, fortalecería además la imagen del gobierno republicano ante Francia, mostrando que la República sí tenía fuerzas suficientes para causar una derrota decisiva a los sublevados. Se esperaba además que contribuiría a la reapertura de la frontera de los Pirineos, lo que permitiría el traslado del material bélico almacenado y retenido en territorio francés a causa de la No-intervención.
La operación ofensiva de Brunete, a pesar que el mariscal soviético Malinovsky sostuvo en sus memorias que había sido planeada y dirigida sólo por los soviéticos, fue diseñada íntegramente por los coroneles de Estado Mayor Rojo y Matallana, con la anuencia de consejeros soviéticos.
Una operación de este tipo había sido considerada ya en tiempos del gobierno Largo Caballero, pero no hubo unanimidad respecto al lugar donde llevarla a cabo. En un principio los mandos del Ejército Popular Republicano pensaron en Extremadura, aprovechando la débil defensa de los nacionales en dicha zona, y que este plan implicaría la gran ventaja táctica de partir en dos el terreno ocupado por los rebeldes (el llamado "Plan P" elaborado por el coronel Vicente Rojo), aislando decisivamente la Andalucía nacional del resto de la zona sublevada. No obstante, los consejeros militares soviéticos rechazaron el "Plan P" pues éste exigía desplazar un gran contingente de tropas a un lugar lejano de las principales ciudades en poder de la República, dificultando el abastecimiento de esas tropas así como su mismo transporte. Sin embargo, los asesores soviéticos aconsejaban un ataque en la zona de Brunete, por su proximidad a Madrid, lo que permitía ese desplazamiento de amplias fuerzas con menos riesgos para el objetivo vital de la defensa de la capital. Los mandos militares del Partido Comunista de España habían ganado mayor influencia en el gobierno republicano tras la dimisión del socialista Francisco Largo Caballero, y se adhirieron a la posición soviética, pidiendo que el gobierno de Negrín aprovechara la ocasión para acreditar que la República podía también pasar a la ofensiva.

Plan de operaciones

El plan diseñado por el estado mayor del general José Miaja consistía en lanzar un ataque desde el sector situado al norte de la carretera que cruzaba Majadahonda, Villanueva del Pardillo, Valdemorillo, y El Escorial para seguidamente avanzar hacia el sur hasta alcanzar Móstoles y Navalcarnero. Esta primera parte del plan correría a cargo de los Cuerpos de Ejército V (dirigido por el líder comunista Juan Modesto) y el XVIII (dirigido por Segismundo Casado). Tras la toma de Navalcarnero, un segundo ataque se efectuaría en dirección contraria, partiendo desde Carabanchel y Usera a cargo de fuerzas del II Cuerpo de Ejército las cuales, de acuerdo con el plan trazado, convergerían con las del XVIII Cuerpo de Ejército en Alcorcón. Con esta operación las fuerzas franquistas que sitiaban Madrid debían quedar en situación de aislamiento, reduciendo drásticamente la presión sobre la capital española.
Previamente a estos ataques se llevaría a cabo una acción secundaria de diversión en la zona de la Cuesta de la Reina, próxima a Aranjuez y muy al sur de la zona de operaciones prevista en el plan.




No hay comentarios: